Cada 20 años el consumo mundial de agua se duplica. Según ONU Habitat (Programa de las Naciones Unidas para Asentamientos Humanos), una de cada 4 ciudades del mundo se encuentra en regiones donde la demanda de agua es superior a la oferta. Y la calidad de este recurso natural se deteriora rápidamente a causa de la acción del hombre. Los pronósticos para 2025 señalan que por lo menos los 2/3 de la población mundial vivirá en zonas afectadas por el llamado “stress hídrico”. Es decir, que dentro de solo seis años faltará agua para cerca de 5 mil millones de personas.
El escenario es alarmante y el reto es grande. Para combatir la escasez de agua se vienen realizando algunas acciones con resultados positivos. Uno de los modelos de eficiencia comprobada es el Fondo de Agua.
Fondos de Agua
Los Fondos de Agua son instrumentos de gestión de recursos naturales, financieros y técnicos, para garantizar la existencia de un stock de agua para el futuro. La inversión en un Fondo de Agua es una solución costo-efectiva, resultado de la alianza entre diversos actores: organizaciones no gubernamentales, gobiernos, empresas y la sociedad civil. Todos unidos bajo el objetivo común de contribuir a la seguridad hídrica, por medio de la inversión en la protección y en la restauración, principalmente, de las cuencas hidrográficas, que albergan las fuentes proveedoras del agua que consumimos.
Los Fondos de Agua buscan soluciones en la propia naturaleza, con la ayuda de la Ciencia. En algunos países, por ejemplo, se implementan modelos de pago por los servicios ambientales prestados por familias que viven en la parte alta de las cuencas hidrográficas, cuya actividad incide directamente en la conservación del medio ambiente.
Un especialista en Fondos de Agua
Conversamos con el colombiano Alejandro Calvache, coordinador de estrategia de agua de The Nature Conservancy (TNC), la más grande ONG del mundo con focalización en el medio ambiente.
Muda Tudo: Alejandro, ¿Cuál es la situación del agua en América Latina?
Alejandro: América Latina es una de las regiones de más rápido crecimiento económico y una de las más urbanizadas del planeta. Según estimativas, el 80% de los latinoamericanos viven en ciudades actualmente y, en los próximos 15 años, la población urbana pasará de 260 millones a 315 millones. A pesar de vivir en una región beneficiada por la naturaleza (en términos de clima y bosques), tenemos un gran reto, que es el abastecimiento de agua potable a costos razonables.
Muda Tudo: Y ¿Cómo lidiamos con este reto?
Alejandro: El abastecimiento de agua potable a costos razonables requiere grandes inversiones para la construcción de infraestructura física, como reservorios y plantas de tratamiento. Además, también son necesarias inversiones que permitan recuperar y conservar ecosistemas estratégicos, que son los proveedores del agua consumida en las ciudades en expansión. Esta infraestructura natural (las cuencas hidrográficas) es fundamental para reducir los riesgos asociados a la cantidad y calidad del agua. Nuestras cuencas vienen sufriendo mucha presión: la deforestación, la agricultura, la ganadería extensiva, la minería, la urbanización y, claro, el cambio climático.
Muda Tudo: ¿Desde cuándo TNC trabaja con Fondos de Agua?
Alejandro Calvache: Hace dos décadas TNC viene trabajando con el diseño y la implementación de los Fondos de Agua. Los Fondos financian proyectos con comunidades locales, para proteger y recuperar bosques, proteger manantiales y agua corriente, promover sistemas de producción más sostenibles y capacitar a las comunidades de agricultores locales para realizar un manejo sostenible de los recursos naturales. Con ello, procuramos reducir la presión sobre los ecosistemas y garantizar el abastecimiento de agua (en cantidad y calidad) para nuestras ciudades. Adicionalmente, se crea un capital de reserva (endowment) con el fin de cubrir los costos operacionales del proyecto y asegurar la sostenibilidad del fondo.
Muda Tudo: ¿Cuál fue el primer Fondo de Agua de América Latina?
Alejandro Calvache: Fue el de Quito, en Ecuador, en el año 2000. La inspiración vino de una experiencia realizada en los años ‘90 en Nueva York, cuando la ciudad decidió proteger sus fuentes de agua con el objetivo de reducir los costos del tratamiento y evitar inversiones en nuevas plantas. En Quito el proyecto se llama FONAG (Fondo para la Protección del Agua). EL Fondo fue creado para existir por un período de 80 años con una pequeña inversión de US$21,000. Desde entonces hasta hoy, aumentó a US$16 millones. El principal reto en aquella región tiene que ver con la ganadería, que contamina el agua, causa la erosión del suelo y repercute negativamente en la conservación de la naturaleza.
En Brasil, existen 5 Fondos de Agua funcionando y otros tantos en fase de estudio para su implementación. Estos incluyen los ríos Piracicaba, Capivari, Jundiaí y Alto Tiete (en São Paulo), el río Guandu (Río de Janeiro), el río Pipiripau (en el Distrito Federal), el río Camboriú (Santa Catarina) y el programa Reforestar, en el estado de Espírito Santo.
Muda Tudo: ¿Cómo puede, cada uno de nosotros, ayudar a contribuir en la protección de nuestra agua? ¿Qué acciones individuales cambian todo en lo colectivo?
Alejandro Calvache: La población debe tomar conciencia de la importancia del agua y los problemas generados por su escasez. Debemos actuar conscientemente: no desperdiciando agua, conociendo de donde viene el agua que consumimos, como llega a nuestras casas… Y debemos participar en iniciativas para proteger nuestras fuentes de agua. Debemos reconocer el valor real del agua. Para obtener agua, no basta simplemente con abrir el grifo. Por detrás de ese gesto aparentemente simple, existe un largo proceso, que incluye tuberías, plantas de tratamiento y, claro, la naturaleza, a la cual debemos proteger. El cuidado del agua, la información y el conocimiento son parte esencial del campo colectivo.
La entrevista fue originalmente publicada en Muda Todo el 22 de marzo de 2019.